Desde el inicio, Tierra Patagonia se concibe como un hotel que respeta profundamente la zona en la cual está emplazado. Un ejemplo claro es que, para evitar cualquier daño ambiental durante la construcción, los paisajistas Catalina Phillips y Gerardo Ariztía retiraron temporalmente la vegetación del lugar, la trasladaron cuidadosamente a un invernadero y, cuando terminaron las obras, la volvieron a plantar. Gracias a eso, se mantuvo su ecosistema original y hoy es posible recibir aquí la visita de algunos animales silvestres que habitan el Parque Nacional Torres del Paine y sus alrededores.
Esa es la razón que explica por qué, recientemente, ocurrió un curioso hecho que mantuvo pendientes a todos en el hotel: Un ñandú decidió hacer el nido para empollar a sus huevos muy cerca de donde están los huéspedes. Durante un mes, aproximadamente, esta enorme ave no voladora, similar al avestruz, estuvo esperando el nacimiento de sus “charitos”, nombre local que reciben las crías de esta singular especie de la Patagonia.
Manteniendo siempre una distancia respetuosa, sin molestar al ñandú, pasajeros y trabajadores del hotel siguieron la historia de este nuevo amigo que empollaba pacientemente.
El ñandú de la Patagonia
Kineret Múñoz, subjefa de excursiones en Tierra Patagonia, fue una de las más entusiastas testigos de este suceso y nos cuenta emocionada “Fuimos súper afortunados”, dice, agregando que, a pesar de que suelen circular por aquí algunos animales, como guanacos, zorros, incluso pumas, “no es común que estas aves instalen aquí sus nidos”.
Los ñandús que habitan la Patagonia miden unos 93 centímetros de largo y su color, gris cafezusco, les permite mimetizarse con el entorno. Se alimentan, principalmente, de granos y pastos, y, aunque no puede volar por su gran tamaño, sí son excelentes corredores, alcanzando una velocidad de hasta 70 km/h.
Las hembras colocan entre 20 y 30 huevos, los cuales miden unos 10 cms. de largo, y, desde ese momento, es el macho quien se encarga de agruparlos, armar el nido, empollar y protegerlos de sus depredadores.
“Seguimos todo el proceso desde el hotel. Un día, como a las 10 de la mañana, finalmente se rompieron los huevos y nacieron las ‘charitas’ y el papá ñandú se los llevó rápidamente a otro sector cerca de ahí”, comenta Kineret. Sin embargo, uno de los huevos no se rompió y, un zorro culpeo que estaba atento a la situación, se acercó para robar ese huevo. “Nos dío un poco de risa ver eso, porque ell zorro apenas se podía llevar el huevo, era muy grande para él”. l
El ñandú se mantuvo alerta en el lugar protegiendo a sus crías, mientras las personas en el hotel seguían mirando. La misión del padre es cuidarlas, por lo que no debe alejarse de ellas ni un instante. Sin embargo, al parecer, no pudo resistir tanto tiempo sin comer y fue a buscar un poco de alimento. No sospechaba lo que podría pasar en tan solo unos minutos…
“Un cóndor comenzó a sobrevolar el sector donde estaban las crías. Todos nos dimos cuenta de sus intensiones de este depredador que se acercaba cada vez más. De pronto, vemos cómo el ñandú vino corriendo a toda velocidad y se lanzó de cabeza a proteger a sus charitas. Fue muy impresionante”, cuenta emocionada Kineret. “El pobre papá logró protegerlas, pero no pudo comer y debió quedarse junto a sus crías hasta que estas crecieron los suficiente y se fueron sigilosamente del lugar”.
La naturaleza del extremo sur de Chile sorprende en cualquier momento, sobre todo a quienes están atentos observando el comportamiento de los animales que habitan este maravilloso lugar. En Tierra Patagonia tenemos una amplia oferta de excursiones que permiten acercarse, siempre de forma respetuosa, a estos eventos naturales. También, si deseas, al hacer tu reserva, puedes comentar tus intereses y nuestro equipo de guias preparará todo para que tu visita sea como lo soñaste.