Las ballenas azules son una de las especies más asombrosas del océano y es una gran suerte poder avistar estos gigantes marinos en las costas del archipiélago de Chiloé.
Este tipo de ballenas tiene su nombre debido a su coloración azul oscuro, que es más pronunciada en los machos adultos. Su tamaño es impresionante, ya que pueden alcanzar los 30 metros de longitud y pesar hasta 200 toneladas. Aunque suelen vivir en el océano abierto, las ballenas azules también pueden acercarse a la costa para alimentarse.
El archipiélago de Chiloé es un lugar especial, que tiene el privilegio de recibir la visita de este y varios otros cetáceos, como delfines australes y toninas. Para poder ver estas especies tan interesantes, debes navegar o sobrevolar la zona en compañía de alguien experto, observar el mar con máxima atención y tener mucha, mucha suerte.
Lo cierto es que la observación de ballenas no es algo que podríamos definir como fácil. Son especies que migran y recorren grandes distancias, por lo que su presencia en zonas específicas es solo por temporadas breves. Normalmente nadan a grandes profundidades, no siempre suben a la superficie y, cuando lo hacen, su avistamiento se dificulta por el movimiento de las olas, el clima y el efecto visual que produce su gran tamaño en la inmensidad del océano. Detectarlas requiere tener los sentidos bien agudos y paciencia.
En general, los cetáceos generan mucho interés científico. Los expertos los consideran indicadores de salud del ecosistema marino debido, entre otras cosas, a su posición en la cadena alimentaria, su amplia distribución geográfica y su sensibilidad a los contaminantes.
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