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¿Por qué las ostras chilenas son tan sabrosas?

Diego Salas

La ostra chilena es conocida en el mundo de la gastronomía por su distintivo sabor y su especial textura. Normalmente, este marisco se consume fresco, recién salido del mar, en su concha y con un poco de limón. Una preparación sencilla para un plato sorprendente y con mucha identidad.

Hay varias razones por las cuales se cree que las ostras chilenas tienen ese sabor tan especial y apetecido. Por un lado, están las condiciones ambientales, ya que estos moluscos crecen en un ambiente marino único, rodeado de la corriente fría de Humboldt, que trae nutrientes ricos en minerales desde las profundidades del Océano Pacífico. 

Esa ventaja permite que las ostras chilenas sean cultivadas de manera natural, sin necesidad de añadir elementos artificiales o aditivos. Se alimentan principalmente de plancton y microorganismos ricos en proteínas y lípidos, lo que les da a las ostras su sabor delicado y su textura suave.

Además, las ostras son consideradas uno de los mariscos más saludables, ya que son ricas en zinc, hierro, vitamina B12, ácidos grasos Omega-3 y proteínas. Por lo tanto es muy especial tanto por su sabor como por sus propiedades nutricionales.

Quienes visitan Chile y les gusta la gastronomía del mar, tienen la suerte de disfrutar de una gran variedad de mariscos, como el erizo, el loco, la centolla, los choritos, entre muchos otros, los cuales pueden degustar en diversos y deliciosos platos típicos, como la “paila marina”, el “curanto”, el “mariscal” y una extensa variedad de preparaciones con distintos ingredientes según la zona.

Recomendaciones de maridaje

Imaginemos el contexto: sentados frente al mar, viendo un paisaje costero maravilloso en absoluta calma, sintiendo el viento, sus sonidos y aromas. A eso, le sumamos un plato de ostras chilenas y por supuesto un buen vino. ¿Qué mejor?

Para acompañar esta delicia del mar y hacer aún más completa la experiencia, se recomienda un vino blanco fresco y ligero como el Sauvignon Blanc o el Chardonnay. Estas cepas tienen un sabor afrutado y una acidez equilibrada que complementa perfectamente el sabor suave de las ostras. Es una variedad que también se sugiere como maridaje de otros mariscos, como erizos, locos y choritos. 

En el caso de la centolla, un marisco con un sabor potente y una textura tierna, muy presente en la comida chilena, debemos considerar un vino tinto Carmenere o Syrah. En ambos casos, su cuerpo y acidez moderada ayudan a equilibrar el sabor potente de este crustáceo.

En Tierra Chiloé nos encanta llevar estos sabores típicos a la mesa de nuestros huéspedes. Cada visitante del hotel puede personalizar su experiencia, indicando previo a su llegada, cuáles son los intereses y objetivos de su viaje. Si para tus vacaciones buscas conocer más sobre la gastronomía chilena y descubrir los sabores del mar chileno, como sus exquisitos pescados y mariscos, tenemos excelentes alternativas para que te lleves un recuerdo inolvidable. Escríbenos a info@tierrahotels.com para comenzar a planificar tu estadía.